En el interior del sistema urinario, pueden desarrollarse formaciones sólidas conocidas como cálculos renales, compuestas principalmente por minerales y sales cristalizadas.
Estos depósitos se generan directamente en los riñones, pero tienen la capacidad de desplazarse hacia otros puntos del tracto urinario, como los uréteres, la vejiga o incluso la uretra.
Las razones detrás de su aparición son múltiples, y pueden incluir desde una hidratación insuficiente, hasta una dieta rica en sodio, proteínas animales o oxalatos.
Estos factores desencadenan alteraciones en la concentración de ciertas sustancias en la orina, lo que facilita la cristalización y acumulación progresiva.
El tratamiento debe ser indicado únicamente por un profesional médico, quien valorará si se puede resolver mediante el uso de medicamentos o si es necesaria una intervención quirúrgica, como la litotricia o la extracción endoscópica, para eliminar los cálculos de forma segura.
Además, el especialista puede establecer un plan preventivo orientado a evitar la formación de nuevas piedras renales.
Este tipo de abordaje incluye ajustes en la alimentación, un aumento en el consumo de agua y, en ciertos casos, la administración de fármacos específicos para controlar los niveles de minerales presentes en la orina.
¿Cuáles son los síntomas?
La mayoría de las veces, los cálculos renales o cálculos renales no dan síntomas si no se mueven, es decir, si no se mueven en los riñones.
El dolor intenso se llama cólico renal y se siente solo cuando las piedras se mueven.
En los hombres, el dolor puede irradiarse a la ingle.
Estos son los síntomas que son posibles:
• La presencia de dolor agudo y fuerte en la espalda, debajo de las costillas, dolor que se irradia a la parte inferior del abdomen
• El dolor es periódico, cíclico
• Dolor al orinar
• La presencia de sangre en la orina
• La orina puede tener color rojo o marrón y un olor fuerte y malo
• Náuseas y vómitos
• La sensación de micción frecuente
• Fiebre y escalofríos.

Causas principales
Los cálculos renales a menudo no tienen una sola causa, aunque varios factores pueden aumentar el riesgo. Como regla general, los cálculos renales se forman cuando la orina contiene varias sustancias que crean cristales, como calcio, oxalato y ácido úrico.
Factores de riesgo
• Antecedentes familiares. Si un miembro de la familia tiene cálculos renales, el riesgo de desarrollar cálculos renales aumenta. Además, si ya has tenido una piedra, es posible que en el futuro hagas otras.
• Deshidratación. Si no consume suficiente agua, aumenta el riesgo de formación de cálculos renales. Las personas que viven en áreas con climas cálidos y aquellos que sudan mucho pueden estar en mayor riesgo.
• Ciertas dietas. Comer alimentos ricos en proteínas, sodio (sal) y azúcar puede aumentar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cálculos renales. Esto es especialmente cierto con una dieta alta en sodio.
Por ejemplo, comer alimentos con mucha sal aumenta la cantidad de calcio que los riñones tienen que filtrar y aumenta significativamente el riesgo de cálculos renales.
• Obesidad. El aumento del índice de masa corporal (IMC), el tamaño grande de la cintura y el aumento de peso se han asociado con un mayor riesgo de cálculos renales.
• La enfermedad inflamatoria intestinal o diarrea crónica puede causar cambios en el proceso digestivo que afectan la absorción de calcio y agua, aumentando el riesgo de formación de cálculos renales.

Tratamiento
Hay varios tipos de tratamiento de cálculos renales, el tratamiento está estrechamente relacionado con el tamaño y la ubicación de la piedra.
Por lo tanto, si la piedra es pequeña, el médico puede indicar al paciente que beba mucha agua, lo que puede ayudar a eliminar la piedra, y si se produce dolor, se pueden recetar analgésicos.
También hay un tratamiento de ondas de choque – litotricia.
Básicamente, con la ayuda de un aparato, las ondas de saúco romperán la piedra en pequeños pedazos, que luego se eliminarán naturalmente, a través de la orina.
Al mismo tiempo, existe una cirugía que puede eliminar cálculos renales más grandes.
Es muy importante que la piedra extraída se envíe al laboratorio para investigaciones, determinando así su tipo, y el médico prescribirá un cierto estilo de vida que ayudará al paciente a no desarrollar otras piedras.